¿Los medios nos manejan?

La lucha por ganar la cabeza de los adolescentes y jóvenes sigue sin tregua. Canal 13 vs. TELEFE, Tinelli vs. Pergolini (hasta el año pasado), simples batallas de poder, el mayor rating es la bandera a enarbolar. Sin embargo, la cultura es la víctima de estas luchas. No sólo se trata de entretener, sino de ocupar nuestra mente por el mayor tiempo posible. Tener mayor influencia en nuestras conductas, formar los modelos que debemos seguir y construir los nuevos ídolos que tenemos que admirar. Pareciera que llegar a identificarnos con la pantalla y sus estrellas implica estar más cerca de la “vida exitosa”. Las características saltan a la vista: la exaltación de la cultura del no-trabajo, las conductas sexuales distorsionadas, el entretenimiento morboso que afecta intimidades, los insultos con total impunidad, la comicidad basada en la burla y el descrédito público. Se derraman sobre el todo televisivo, hacen pasar por importante lo que es absolutamente banal, ensucian las pantallas. En definitiva, siembran códigos, proponen conductas y modelos que reflejan la descomposición de la sociedad e inspiran a seguir sus huellas. Por otro lado, familias divididas, madres y padres ausentes, corrupción y drogas, son más que pautas que reflejan la realidad, y se transforman en modelos que que se presentan como la conducta más aceptable, la más normal de las expresiones. Es notable la ausencia de valores necesarios para el éxito en la vida privada y pública. La valoración de la integridad, de la solidaridad, del respeto, de la vida familiar, sin dudas escasean en los medios masivos. La pregunta que nos podemos hacer sería: ¿Hay una batalla por la conquista de nuestra mente y el dominio de nuestras acciones? O se trata simplemente de un tema de dinero. Creo que se trata de los dos asuntos. Sin dudas, la mente es el lugar donde se toman las decisiones. Quién tenga mayor influencia determinará el rumbo de las acciones del individuo y por consecuencia obtendrá importantes ganancias por ello. Es verdad que cada uno puede decidir sobre sí mismo, pero las presiones serán grandes. Hay moldes que van demarcando lo que es aceptado y lo que no. Todos quieren ser aceptados. Entonces finalmente, los modelos lideran las tendencias y marcan destinos. Cada uno es quien elige y tiene la decisión final sobre cómo y con qué llenará su mente. La victoria de la batalla de nuestros pensamientos está bajo nuestra última palabra, “el control remoto está en nuestras manos”, y el Espíritu Santo nos dará el poder espiritual para enfrentar el momento de la prueba y salir vencedores. Podemos dejar que “cuatro cabezas” locas, con “ideas sureñas” nos hagan bailar al compás de la “pol-ka” o bien establecer nuestra identidad, conducta y valores por encima de la imagen. La imagen no es todo, Jesús es todo. Dr. Christian Hooft

1 comentario:

Ministerio Dios es Fiel dijo...

Dr. Christian Hooft, le agradezco por el mensaje que ha llegado a mi E-mail, me ha sido de mucha bendición y creo que cuando lo comparta con mis amigos y con los jovenes u adolescentes se sentiran impactados. Emanuel Malfatti. Muchas Bendiciones

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